El 10 de mayo de 2015, la ciudad de Rufino, en el sur de Santa Fe, amaneció con una noticia que conmocionaría a todo el país: Chiara Páez, una adolescente de 14 años, había sido brutalmente asesinada por su novio, Manuel Mansilla, de 16 años. Chiara estaba embarazada de tres meses y se había negado a abortar, resistiendo las presiones de su pareja. Su cuerpo fue hallado enterrado en la casa de los abuelos del agresor.
Este crimen no solo expuso la violencia de género que sufren muchas mujeres en Argentina, sino que también fue el catalizador de un movimiento social sin precedentes: "Ni Una Menos". El 3 de junio de 2015, más de 300.000 personas se congregaron frente al Congreso Nacional en Buenos Aires, y miles más en distintas ciudades del país, para exigir el fin de los femicidios y la implementación de políticas públicas efectivas contra la violencia machista.
A lo largo de estos diez años, el caso de Chiara ha sido emblemático en la lucha por los derechos de las mujeres. Su historia ha sido contada y recontada en medios de comunicación, documentales y campañas de concientización. Sin embargo, la justicia aún deja mucho que desear. Manuel Mansilla fue condenado inicialmente a 21 años y medio de prisión, pero en 2023 la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe redujo su pena a 15 años, decisión que provocó indignación en la sociedad y en la familia de Chiara.
En Rufino, la comunidad sigue recordando a Chiara con actos y homenajes. Su familia, amigos y vecinos mantienen viva su memoria y continúan exigiendo justicia. El legado de Chiara trasciende su trágica muerte; su historia se ha convertido en un símbolo de resistencia y en un llamado urgente a erradicar la violencia de género en todas sus formas.
Hoy, a una década de su femicidio, Chiara Páez sigue siendo un nombre que resuena en la conciencia colectiva de Argentina. Su caso nos recuerda la importancia de no bajar los brazos en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria, donde ninguna mujer tenga que sufrir violencia por el solo hecho de ser mujer.
*Chiara Páez, presente. Ahora y siempre.*